El abogado en internet

Hace apenas medio año que decidí crear una página web, cuyos contenidos reflejaran fielmente los de mi despacho físico.  Con frecuencia y sobre todo cuando solamente somos usuarios, no nos damos cuenta que Internet tiene un lenguaje propio, una forma de comunicar distinta a la que estamos acostumbrados los profesionales del derecho.

Como abogados, nuestra mejor baza es, sin duda, el tu a tu, el contacto directo con el cliente a través del cual transmitimos la confianza y seguridad necesarias para pueda dejar en nuestras manos la solución de su problema. Internet nos priva de ese contacto personal  y aparentemente no nos da nada a cambio, pero eso sólo es una mera apariencia.

Hay  dos maneras fundamentales de trabajar en la red: una es la de utilizar una página web como si de un anuncio se tratara, un escaparate donde presentar nuestro despacho, ofrecer nuestros servicios y facilitar las vías de contacto. Esta visión es correcta y sin embargo no explota todas las alternativas que Internet puede ofrecernos.

La segunda alternativa es la más interesante; se trata de cambiar el lenguaje, cambiar la forma de comunicar con el ciudadano a la que los abogados estamos acostumbrados .

TITULO DE LA PAGINA

Elegir para la web un título que represente nuestra principal característica, que nos defina y a la vez que sea lo suficientemente sencillo como para coincidir con los términos que un usuario pondría si buscase asesorarse por un  abogado. Los más frecuentes son “consulta legal” “asesoría legal”, “abogado en España”, o incluir en él la especialidad del despacho “abogado de arrendamientos”, “abogado laboralista”, “abogado fiscal”. Utilizar un título que ya está siendo usado por otros muchos sitios web, requiere que nuestra página contenga gran cantidad de información relevante y que se actualice periódicamente y añadir la especialidad ayuda a reducir el número de alternativas que el buscador ofrecerá al usuario.

Hay que considerar que el título será nuestro sello distintivo y no es nada aconsejable cambiarlo con frecuencia, por tanto su elección requiere un cierto “brain storming” juntamente con una visita a las páginas que aparecen en los primeros lugares de los buscadores y adecuar la información conseguida a la política de nuestra web.

EL DISEÑO

Equivale al momento en que un abogado saluda a su visitante y le invita a entrar en su despacho.

Los diseños son muy importantes. Hay diseños profesionales muy elaborados, con introducciones fantásticas que resultan visualmente muy atractivos… pero requieren esperar a que la página se vaya cargando.  El usuario que busca un abogado en internet, cambiará de web si se le hace esperar demasiado, porque generalmente la posibilidad de “saltar la intro” no es muy visible en el diseño, precisamente para no afearlo. Si la entrada a nuestra web no es rápida, el impaciente usuario saldrá antes de llegar a visitar realmente la página.

El diseño debe ser sencillo y proporcionar un sistema fácil de navegación, para que cualquier usuario no experimentado pueda utilizar sin gran esfuerzo. Si se le obliga a pasar por diversas secciones, antes de llegar a la que le interesa, provocaremos que se impaciente y que desista de continuar.

Un menú sencillo a primera vista, con subpáginas desplegables es una muy buena alternativa. Las páginas con tres columnas no son aconsejables, porque reducen el tamaño del texto al compactarlo y resultan algo complejas de entender. Hay alternativas mejores: un menú, preferiblemente a la izquierda e información a la derecha, ofrecen una mayor comprensión del sistema de navegación de la web.

Las ilustraciones contribuyen a hacer la página más ligera e invitan al visitante a leer los textos que las acompañan. Una página inicial sin gráficos, sólo con texto, no invita a su lectura.

En la medida de lo posible las imágenes o gráficos deben ser personalizados. No es aconsejable utilizar fotografías facilitadas por el hosting, que por otra parte suelen ser de muy alta calidad, pero son repetitivas, aparecen en otras páginas y eso resta personalidad a la nuestra. Las fotografías con telefonistas y manos entrelezadas son de uso demasiado frecuente y transmiten una imagen de anuncio con modelos impersonales. Una fotografía de nuestra localidad, algo retocada, es una buena alternativa y si además podemos incluir imágenes propias, acentuaremos el carácter único de nuestro despacho virtual.

Algunos ejemplos:

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EL CONTENIDO

Una vez nuestro cliente ha entrado en el despacho, le invitamos a que exponga el problema que le ha llevado hasta nosotros.

Debe ser tan fácil de leer como sea posible, y ofrecer información relevante,  importante, actualizada y clara. Hay que huir de los textos genéricos, debemos ofrecer datos concretos y específicos, respuestas a las cuestiones que más frecuentemente llevan a un usuario a buscar consejo legal. Es mejor prescindir de secciones que no puedan ofrecer esa información y añadir otras que resulten prácticas y útiles.

El lenguaje tiene que ser asequible, pero sin abandonar la terminología propiamente jurística: es mejor utilizar  “prescripción adquisitiva” que “usucapión”, por ejemplo,  “litigio pendiente” que “litispendencia” o “presunción de inocencia” que “in dubio pro reo”.

NUESTRA PAGINA WEB DEBE SER VISIBLE EN LOS BUSCADORES

Si hemos optado por entrar en el mundo virtual, es porque queremos que nuestro despacho , nuestra página, sea lo más visible posible, queremos que los principales buscadores nos señalen como una página principal. No es fácil conseguirlo, requiere trabajo y dedicación constante, situarse momentáneamente no es suficiente, hay que poder mantener nuestro sitio permanentemente visible.

Hay que partir de la base de que cuanto más aparezca el título de la página y nuestro nombre, mejor considerados estaremos por los robots de los buscadores.

Anuncios clasificados: Existen innumerables páginas de anuncios clasificados. Publicar un anuncio de nuestra web y de nuestros servicios en las mejores situadas, además de la posibilidad de recibir visitantes procedentes del sitio, nos incluye en una base de datos y contribuye a hacernos más visibles.

Directorios: Al igual que en los anuncios clasificados, nos permite aparecer en su base de datos. En cuanto a los directorios hay que tener especial cuidado al elegirlos, pues muchos contienen temáticas que los robots de los buscadores “penalizan”: el contenido para adultos, la adivinación y el juego. Además de dañar nuestra imagen profesional al relacionarnos con estos temas, formar parte de ese tipo de directorios nos perjudica. Existen directorios de pago, específicamente para abogados, a los que podemos suscribirnos. Raramente habrá alguno gratuito, la web desde la que lees este artículo sí lo es.

Enlaces: Es aconsejable que los enlaces contenidos en nuestra web estén relacionados con el derecho o con herramientas web. Enlazar con despachos de abogados no resulta competencia, ya que, al margen de especialidades propias, ofrecemos al usuario la posibilidad, desde nuestro sitio, de localizar un despacho en la localidad donde deberá tramitarse su asunto y viceversa si se da el caso.

Jaime Lopez Collado. Abogado

https://www.lopezcollado.es